domingo, 30 de noviembre de 2008

MÁS ALLÁ DE LOS NÚMEROS

Más allá de los números, vayamos a la realidad: amanecimos hoy con la oposición oligarca entusiasmada con un enclave formidable para impulsar su política, sus planes contrarrevolucionarios. Conquistaron la Alcaldía Mayor, Miranda, Táchira, conservan Zulia. Esa es la realidad, debemos conocerla, reconocerla, y a ella dar respuesta.
Vienen un recrudecimiento del enfrentamiento entre los dos proyectos que pugnan por la dirección de la sociedad, o dicho en otras palabras, la lucha de clases, la lucha entre los humildes y los oligarcas se agudiza.
Cabe preguntar:
¿C
ómo se presentará ahora la lucha, cuáles serán sus características?
S
ea cual sea la forma que adopte la batalla ésta se decidirá a favor del campo que tenga más consistencia ideológica, el que tenga su proyecto mejor definido, condición previa para instalarlo en el alma popular. Esto es válido para la oligarquía y con más fuerza para el campo revolucionario. Quiere decir que la batalla será decidida en el campo ideológico, serán las ideas correctas las que guiarán las acciones correctas.
El enemigo oligarca seguirá, en principio, el patrón que le ha dado buenos resultados: pondrá el énfasis en la eficacia, en los llamados a la unidad de todos, a desdibujar, desprestigiar, calumniar al proyecto socialista, a plantear la disputa entre hombres, estilos, entre gestiones locales y no entre proyectos de sociedad.
Esta intención tienen los llamados al dialogo, la aceptación de las misiones y de los consejos comunales, la presentación de los chavistas como camorreros.
Al mismo tiempo amenazarán con la crisis mundial, y allí afianzan sus llamados al diálogo y a la concertación.
Este plan oligarca sólo se puede enfrentar desde la ideología: reforzando nuestro concepto de Socialismo, derrotando la ambigüedad, mostrando al Socialismo como verdaderamente eficaz, y al capitalismo como un sistema que en definitivas cuentas sólo es eficaz en las apariencias, eficaz para las ínfimas minorías, los privilegiados, y miserable para las grandes mayorías, que lleva a la humanidad por el camino de la extinción.
Es necesario, entonces, reforzar la ideología socialista, y también la fe en el Socialismo, restearnos con él, en la práctica y en la teoría, profundizar el estudio. En resumen, prepararnos para el combate ideológico, y darlo con fuerza y decisión, como el que defiende la vida.
El Socialismo debe entrar en combate con fuerza, también en lo económico, demostrar con firmeza que la propiedad social de los medios de producción administrada por el Estado es la única salida a la crisis capitalista.
Que los pactos propuestos por los empresarios, los de adentro y los de afuera, sólo servirán para llenarles los bolsillos y yugular el Socialismo, la Esperanza.
Debemos afinar la organización del pueblo, la social y la política. Transformar al partido en un poderoso instrumento para la guía del pueblo y para la batalla ideológica. Y a los consejos comunales en un tejido social capaz de defender a la Revolución, al Socialismo, al Comandante Chávez, que es defender al pueblo.
¡Chávez es Esperanza Socialista!

jueves, 27 de noviembre de 2008

La derrota de una ideologia

SUSTITUCIÓN IMPRESCINDIBLE
Los resultados de las elecciones regionales de noviembre suministrados por el Consejo Nacional Electoral, ya permiten elaborar las grandes líneas de un análisis.
La situación se puede resumir así: la oligarquía capturó el centro político del país, Miranda, Caracas, Carabobo, y mantuvo el Estado Zulia, además obtuvo importante votación en otros Estados.
La Revolución perdió el núcleo nervioso del país, el lugar donde se decide la política desde la época de la independencia, perdió Caracas.
Además, l
a oligarquía manipuló a los humildes, y consiguió que eligieran a sus propios verdugos. El triunfo oligarca en Caracas se asienta en el voto humilde.
Es imprescindible un estudio riguroso de las causas de estos resultados para poder construir las correcciones necesarias.
Lo primero que debemos desechar es la tentación de ocultar la situación con piruetas algebraicas. Lo sensato es considerar las tendencias, y estas son claras: l
a oposición oligarca avanza y la Revolución retrocede en el alma popular, en el control político del país, esa es una tendencia clara, hacia allá se mueve el país, lo demás son autoengaños que no ayudan a revertir la tendencia.
L
o de diciembre 2007 y lo de ahora en noviembre de 2008, son señales de un mismo mar de fondo, tienen causa común, por eso es urgente estudiar los origenes y corregirlos, so pena de seguir cosechando derrotas y desgastándonos.
La causa primigenia de las derrotas es la ideología de la pequeña burguesía, cuyas propuestas políticas, económicas y sociales no son viables, no resuelven. Es ineludible sustituir esa ideología inservible.
Para eso debemos superar la fantasía anarcoide que la alimenta, que ignora los diferentes niveles de conciencia social de la sociedad, desconoce el papel de los líderes en la Revolución.
E
s necesario desechar el colaboracionismo y aceptar la lucha de clases. Replantear el papel del partido en la construcción del Socialismo. Fortalecer el objetivo principal de la Revolución Socialista , que es rescatar el carácter social de la sociedad humana fragmentada por el capitalismo. El voto egoísta nos perjudica.
Y sobre todo tener fe en el Socialismo, el Socialismo debe estar en la escena siempre, no es un cliché para usar a veces, cuando pensamos que su presencia no irritará a los señores empresarios y a los sifrinos de la clase media.
A la clase media debemos tenderle la mano, siempre que se incorpore a la construcción del Socialismo, será bienvenida. Pero es un error tratar de ganarla haciéndole concesiones a su sistema de vida ambiguo y artificial, por ese camino, está demostrado, perdemos apoyo popular y no ganamos nada en la disociada clase media.
Es urgente retomar la formación ideológica, la concientización de la base social Bolivariana. La educación socialista debe ser una prioridad, todas las acciones de la Revolución deben tener este objetivo.
Contra la educación conspira la ideología pequeña burguesa que dice que el pueblo ya todo lo sabe, por tanto “el estudio y la organización son innecesarios”, de esta forma da pie a la improvisación.
¡
Con Chávez Venceremos!

lunes, 24 de noviembre de 2008

VENEZUELA ROJA, ROJITA


Resultados:
Estado Yaracuy
Julio Cesar León Heredia (Psuv) 57.46%
Filippio Lappi 29.26%

Delta Amacuro
Lisetta Hernández (Psuv) 55%
Santaella 25.85%

Vargas
Jorge Luis García Carneiro (Psuv) 61.56%
Roberto Smith 32.18%

Zulia
Pablo Pérez (UNT) 53.59%
Gian Carlo Dimartino 45.01%

Apure
Jesús Alberto Aguilar (Psuv) 56.48%
Miriam Flor Verdugo 26.54%

Aragua
Rafael Isea (Psuv) 58.56%
Henry Rosales 40.17

Barinas
Adán Chávez (Psuv) 48.69%
Julio cesar 44,58%

Bolívar
Francisco Rangel Gómez (Psuv) 46%
Andrés Velázquez 30.47%

Cojedes
Teodoro Bolívar (Psuv) 51%
José Alberto Galindez 40.36%

Falcón
Stella Lugo (Psuv) 55.27%
Gregorio Graterón 44.49%

Guárico
Willian Lara (Psuv) 52.08%
Lenny Manuitt 33.68%

Lara
Henry Falcón (Psuv) 73.15%
Pedro Alcántara 14.85%

Mérida
Marcos Orellana (Psuv) 54,62%
William Dávila 45.11%

Miranda
Henrique Capriles Radonski (Oposición) 52.56%
Diosdado cabello 46.64%

Monagas
José Gregorio Briceño (Psuv) 64.79%
Domingo Urbina 15.41%

Nueva Esparta
Morel Rodríguez (Psuv) 57.64%
William Roman Fariñas 41.69%

Portuguesa
Willmar Soteldo (Psuv) 57.67%
Jovito Villegas 27.28%

Trujillo
Hugo Cabezas (Psuv) 59.47%
Henrique catalán 27%

Sucre
Enrique Maestre (Psuv) 56.08
Eduardo Morales Gil 42%

Anzoátegui
Tarek Willians Saab (Psuv) 55%.
Gustavo Macano 40.50%

Municipio Libertador
Jorge Rodríguez (Psuv) 53.05%
Stalin González 41.92/

Alcaldía Metropolitana
Antonio Ledezma (Oposición) 52.45%
Aristobulo Istúriz 44.92%

domingo, 23 de noviembre de 2008

LA CALMA


Poco a poco una calma cubre al país. Es el sosiego que precede a las grandes batallas cuando los bandos enemigos se observan expectantes desde sus trincheras. Son momentos de alta tensión y definiciones trascendentes: todos saben que los próximos instantes decidirán vida de pueblos y hombres.
El 23 vamos a una de estas grandes batallas, la preceden momentos de calma y de sentimientos. En las batallas donde se decide la vida, el sentimiento opaca al cálculo y al frío argumento, es la hora de la pasión que mueve a las grandes empresas de la humanidad.
En la base de las grandes batallas humanas, más que las consideraciones y beneficios materiales, está la pasión de los pueblos.
Busquemos las motivaciones que llevaron a los llaneros a cruzar Los Andes y llegar hasta el Perú. Pensemos en los motivos que encendieron la llama que brilló en Ayacucho. Investiguemos los impulsos del 4 de Febrero. Siempre encontraremos la pasión, el sentimiento por sobre cualquier otra consideración.
El 23 vamos a una de esas grandes batallas, decidiremos el destino de la patria, del continente, de la humanidad. Decidiremos si vamos a contribuir a su redención, o si vamos a comportarnos como aquellos a los que el oportunismo, la apetencia inmediata, la irresponsabilidad, les hace perder su futuro, como el que lo cambió todo por un plato de lentejas.
El 23 decidiremos la permanencia del Comandante, o si repetiremos la elección de Barrabás, si le daremos la espalda de nuevo a la justicia y al amor, si volveremos a los días del circo romano, donde por unas horas de festiva inconciencia se sacrificaban a los hombres en la arena.
Decidiremos si nuestro sentimiento está a la altura de la oportunidad de avanzar hacia nuestra redención, o si la ponzoña capitalista no nos deja ver más allá de nuestras narices, si la propaganda de los crueles que nos desprecian nos dirige y nos convierte en soporte de nuestros propios verdugos.
Estos días de calma antes de la batalla, deben ser aprovechados para remover en el fondo de cada uno de nosotros el sentimiento que motivará la acción. Decidiremos si nos colocamos al lado del hombre que lo arriesgó y lo arriesga todo, hasta la vida, por nosotros, o nos colocaremos al lado de los mercenarios de siempre, los depredadores de toda la vida, los que calculan antes de hablar, pelan los dientes y saludan a las viejitas que después sacrificarán en el altar del beneficio personal.
El 23 decidiremos entre el que nos ayuda y el que nos intenta regresar al pasado de olvido y exclusión.
El 23 debemos seguir juntos, avanzando, cometiendo errores, pero avanzando. Depurándonos, pero avanzando.
El 23 debemos defender la Esperanza , la posibilidad de construir, de avanzar. Y debemos derrotar a la oligarquía que pretende, con engaños, regresarnos a su mundo de miseria espiritual y material, a aquel pasado, cuando le arrebataron el futuro a los humildes.
¡Chávez es la Esperanza

viernes, 21 de noviembre de 2008

TAREAS PARA EL MOMENTO DESPUÉS


Por, Martín Guédez

La democracia, tal como la concibe la burguesía, es un perfecto instrumento de dominación de las clases explotadas. La contradicción insoluble entre poder del pueblo, explotación y dominación de ese mismo pueblo por unos pocos es resuelta por la burguesía mediante su hegemonía ideológica. Le sustrae al pueblo la soberanía anunciada en el concepto real de democracia mediante la manipulación de la conciencia. La condición de explotado real no siempre lleva emparejada la conciencia de esa condición. A las condiciones objetivas de explotación la burguesía impone mediante su dominio de la superestructura (sistema educativo, aparato comunicacional, etc.) unas condiciones subjetivas amañadas según sus intereses. De ese modo los trabajadores explotados en una empresa constituyen "una familia" -por ejemplo, un banco existe "para cumplir tus sueños"- o la expropiación real de toda forma de propiedad se convierte en un slogan como "defiende tu propiedad" como reza en una propaganda política de la oposición -financiada por un banco- en su campaña para ganar votos.

En la medida en que el papel jugado por el Comandante Presidente a lo largo de esta campaña ha ido revirtiendo los planes optimistas de la burguesía se ha venido verificando un cambio en los planes de la burguesía de cara a los resultados del 23-N. Absolutamente persuadida de que el proyecto revolucionario socialista debe ser abortado por cualquier medio, la burguesía se quita la careta democrática o legalista para emprender nuevas aventuras golpistas. En esta oportunidad ˆdel mismo modo que lo hizo al término del referendo aprobatorio de agosto de 2004- la burguesía se apresta para invocar el "fraude" allí donde los resultados le sean adversos. Cuenta con dos factores que la lleva a acariciar la posibilidad de éxito de esta nueva locura. El primero vuelve a recaer en la utilización de los medios de desinformación para crear el escenario propicio. El segundo sigue siendo la confianza que tienen en que el efecto disociador que diez años de propaganda contrarrevolucionaria podrá sacar de sus casillas a la clase media víctima de esta larga estrategia.

La estrategia es llevar a estos sectores a la calle al grito orquestado de "fraude" acompañando todo ello con solidaridades y denuncias automáticas de parte de centros de poder en el mundo. La reciente campaña contra la legitimidad de las elecciones en Nicaragua es un ejemplo de lo que se proponen estos sectores violentos y extremistas de la burguesía apátrida. Deslegitimar el triunfo de la revolución en todas o casi todas las gobernaciones arrojando una sombra de duda sobre el proceso eleccionario colocaría a la burguesía en el escenario que quiere en virtud de la debacle electoral que le espera.

Las fuerzas revolucionarias conformadas mayoritariamente por el pueblo humilde que sellará la victoria en las urnas electorales tienen que prepararse para abortar, desanimar y hacer retroceder la estrategia burguesa. El pueblo tiene que permanecer alerta a lo largo de toda la jornada electoral y especialmente la noche y el día después de la derrota burguesa. Es importante que todos los cuadros con capacidad estratégica estén siempre consustanciados con el pueblo pero particularmente en esas horas de peligro. La burguesía le tiene miedo al pueblo, pero no a cualquier "pueblo" sino al pueblo organizado, consciente, emocionado, lleno de esa pasión revolucionaria puesta en la defensa de sus sueños de justicia e igualdad. Esa presencia popular, organizada, consciente, decidida y apasionada hará retroceder a la burguesía.

Es obligatorio tener claridad de ideas. Es imprescindible ser entre el pueblo fuerza y ejemplo firme que oriente, conduzca, planifique y ejecute la estrategia. Si la burguesía decide el enfrentamiento, tiene que conseguirse un pueblo decidido, firme y duramente sereno en la defensa de su revolución. Como en otras ocasiones la burguesía (sus verdaderos componentes) no libra las batallas por sí misma. Sus batallas las libra el pueblo. Es el pueblo el que libra sus guerras y sus aventuras. Allí está su debilidad. Ese "pueblo" con el que cuentan para tirarlo a la calle está enfermo, intoxicado y mentalmente desequilibrado, pero no tiene ni ideas ni firmeza. Una cosa es saltar, gritar o cacerolear y otra bien distinta salir a enfrentar a un pueblo pacífico pero firmemente decidido y consciente.

La victoria electoral debe asegurarse y no sólo frente a la burguesía clásica sino frente al reformismo interno. Todos los obstáculos que impidan la construcción de ese mundo nuevo deben ser superados limpiamente. Hay que preservar la victoria y de inmediato profundizar la organización, la capacidad ideológica del pueblo, el ejercicio del poder popular sin sucedáneos. Hay que emprender el camino real al socialismo del siglo XXI sin morir en el intento. Ese es el desafío para las fuerzas populares en este momento. Hay que rodear de amor, solidaridad y apoyo al Comandante Chávez. Chávez es socialismo. Chávez es revolución. Chávez es la esperanza.

¡CONCIENCIA Y COHERENCIA RADICAL!
Nuestras primeras necesidades.
¡VENCEREMOS!
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